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Capital natural de México: cuestión de seguridad nacional

La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) define al capital natural como “el conjunto de ecosistemas de nuestro país y los organismos que estos contienen (plantas, animales, hongos y microorganismos), que por medio de sus procesos naturales en el ecosistema generan bienes y servicios ambientales indispensables para la sobrevivencia y el bienestar social, así como para el mantenimiento de la vida como la conocemos” [1]. Aunque este es un concepto utilitarista de la naturaleza que nos rodea, influenciado por la ideología neoliberal, nos sirve para ilustrar que la actual crisis ambiental es clave en la viabilidad de México como nación.

En uno de sus números recientes, la revista Proceso documentó que el crimen organizado se ha apoderado de las Áreas Naturales Protegidas de México (ANP) situadas en entidades federativas conflictivas como Baja California, Jalisco, Estado de México y Tamaulipas, entre otras [2]. En el mismo artículo, se menciona que los guardaparques, inspectores y académicos que participan en las labores de vigilancia, estudio y conservación de dichas ANP han sido víctimas de acoso, extorsiones e incluso asesinatos. También se habla de que debido a que muchas de esas ANP son poco concurridas y están situadas en lugares remotos, se han vuelto sitios ideales para la comisión de delitos por parte de bandas criminales.

Las ANP forman parte de una estrategia nacional para proteger la biodiversidad mexicana. En México existen 182 áreas protegidas federales decretadas, cuya extensión en conjunto es de unas 90 millones de hectáreas, las cuales representan cerca del 11 por ciento del territorio terrestre y 22 por ciento de la superficie marina del país [3]. A pesar de la baja proporción de territorio abarcado por las ANP, en estos sitios se concentra una parte importante de la diversidad genética, de especies y de ecosistemas que México posee: basta mencionar que en reservas naturales como El Cielo, en Tamaulipas, y El Triunfo, en Chiapas, es aún posible encontrar el bosque de niebla, el cual es un ecosistema globalmente amenazado. Además de las ANP´s oficiales, existen reservas comunitarias y ejidales situadas en territorios de comunidades campesinas e indígenas, y que también albergan ecosistemas en buen estado de conservación, como bosques de pino y encino, en los cuales viven muchas especies endémicas –es decir, exclusivas– de México.

Aunque la crisis ambiental moderna de México empezó en la segunda mitad del siglo XX, esta se ha agudizado en tiempos recientes como resultado del fortalecimiento de las bandas criminales dedicadas principalmente al narcotráfico, pero que también cometen otros delitos como deforestación, contaminación de agua y suelo, y asesinato de líderes sociales asociados con la defensa de los recursos naturales. La mayor parte de esos delitos han quedado impunes, lo que alienta la comisión de más actos ilícitos en detrimento de nuestro patrimonio biológico.

Los impactos negativos del crimen organizado sobre el ambiente pueden ejemplificarse con dos casos: 1) Después de la explosión, ocasionada por robo de combustible, de un gasoducto en Tlahuelilpan, Hidalgo, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) determinó, con base en estudios de suelo, que la cantidad de hidrocarburos presentes en el mismo superaba el límite establecido en la norma oficial, y que esto, además de representar riesgos para la flora y fauna del sitio, repercutiría en el rendimiento de las parcelas de cultivo y en la calidad del agua en la zona [4]; 2) los habitantes de la región de Los Chimalapas, en el istmo oaxaqueño, denunciaron que los recientes incendios forestales que consumieron alrededor de 11 mil hectáreas de bosques y selvas, fueron provocados por talamontes, ganaderos y narcotraficantes que quieren apoderarse de una de las regiones más biodiversas y bien conservadas del país [5].

En este año, dependencias asociadas con el cuidado del ambiente como Semarnat, Conafor y Profepa sufrieron recortes presupuestales del orden de 11 mil millones de pesos [7]. Dichas dependencias, que desde sexenios anteriores operaban con recursos económicos, materiales y humanos insuficientes, tuvieron que reajustar sus organigramas mediante despidos de personal, así como mediante fuertes ajustes económicos en actividades como el Programa de Recuperación y Repoblación de Especies en Riesgo. Es decir, las dependencias federales han sido debilitadas, por lo que ya no son capaces de realizar sus labores de inspección, estudio y conservación de ANP de manera óptima, generando un vacío que el crimen organizado ya ha empezado a llenar.

Finalmente, hay que destacar que el cliché de que México es una nación muy rica en recursos naturales –el llamado “cuerno de la abundancia”– ya no es más verdad. Por poner un ejemplo, el estado de Veracruz ha perdido más del 90 por ciento de su superficie forestal original [6]. Esto significa que el 10 por ciento restante ya no se puede explotar de manera intensiva, y que esa disminuida cantidad de bosques es clave para asegurar abastecimiento de agua, resistencia al cambio climático y conservación de la biodiversidad, entre otros aspectos. El ejemplo de Veracruz es válido para otras regiones del país –la Selva Lacandona, en Chiapas y los bosques del centro de México son otros dos casos dramáticos–, y con esto en mente podemos decir que el capital natural es clave para asegurar la viabilidad de México como país, así como para garantizar el principal derecho de todo mexicano, que es vivir en un ambiente sano. Valdría la pena que el actual gobierno replanteara su política ambiental, otorgando un lugar privilegiado al cuidado de la naturaleza tanto en sus proyectos de infraestructura y asignación de recursos públicos, como en la vigilancia y castigo de los delitos ambientales. Si no lo hace así, esta administración no será distinta a las últimas seis presidencias neoliberales que le antecedieron.

Referencias

[1] https://www.biodiversidad.gob.mx/pais/pdf/AccionesEstrategicas_web.pdf

[2] https://www.proceso.com.mx/582409/las-areas-naturales-protegidas-paraiso-de-bandas-criminales

[3] https://periodicocorreo.com.mx/areas-naturales-protegidas-representan-10-6-ciento-del-territorio-mexicano/

[4] https://www.proceso.com.mx/578038/explosion-en-tlahuelilpan-ocasiono-danos-irreversibles-y-contaminacion-del-suelo-profepa

[5] https://www.nvinoticias.com/nota/115847/talamontes-y-narcos-detras-de-los-incendios?fbclid=IwAR2x3ucNRZSn8OHczYRneQsR7Jpa_PyiofNkKkZfTnKSKX3RxiMG4cCM2zw

[6] https://www.greenpeace.org/archive-mexico/es/Noticias/2010/Julio/Veracruz-hacia-la-cero-deforestacion-por-falta-de-bosques/

[7] https://adnpolitico.com/mexico/2018/12/18/el-recorte-a-semarnat-alcanza-a-organismos-de-proteccion-ambiental

Omar Suárez García*

Fuente: https://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/2019/05/17/capital-natural-de-mexico-cuestion-de-seguridad-nacional/

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